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Un buen primer paso, para llegar a ser una persona emprendedora, es desarrollar o agudizar tu capacidad de observar. Todos y cada uno de nosotros, cada día estamos en contacto con muchas personas, observamos muchísimas acciones y conductas, vemos diferentes necesidades y realidades, casi sin darnos cuenta, de forma natural.

Esta observación, si fuera consciente, nos muestra las conductas de las personas, y las molestias o incomodidades que se encuentran a la hora de realizar sus actividades, tareas, trabajos, compras, etc. Estas molestias van desde cosas muy sencillas a problemas muy complejos, pero en cualquier caso nos muestran necesidades que no están plenamente satisfechas y que son oportunidades.

Esto es válido tanto para personas que buscan iniciar un nuevo proyecto empresarial, como para empresarios/as ya consolidados/as, pues ya sabemos que «quien se duerme se lo lleva la corriente». A través de la observación de las personas, de los clientes, se pueden identificar nuevas oportunidades de nuevas necesidades o de molestias que aun perduran. Pero claro, también debes de asegurarte que no es un único caso lo que estás observando. Para que tu propuesta sea viable el mercado debe ser atractivo, es decir lo que observas les sucede a muchas personas. Es una oportunidad.

Pues si ya tienes la oportunidad identificada, ahora debes proponerles una solución, y para hacerlo bien debes observar. Observar cómo lo hacen ahora, cual es su comportamiento; observar cómo es su experiencia de compra, su experiencia de usuario; observar cuales son tus recursos y donde puedes llegar; observar cómo lo hace la competencia, con sus aciertos y sus errores; observar las nuevas tecnologías para hacer tu solución más fácil, viable; observar….

Observar nos abre nuestra mente a un sinfín de oportunidades y nos lleva a entregar una gran diferencia a nuestros clientes o usuarios. Nunca dejes de observar, con la curiosidad de un niña/o.

José M. Sánchez Vázquez

Director 3E UCA