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El desarrollo regional en los países innovadores se suele explicar con el modelo de la triple hélice que evidencia la positiva colaboración y complementariedad entre el sector público, las empresas y las universidades de un territorio para lograr empresas de alto potencial basadas en el conocimiento. Este tipo de empresas suelen ser el motor del crecimiento económico basado en la innovación, de la creación de empleo de calidad y, por ende, del bienestar social. 

España tiene actualmente  unas 550 spinoffs, surgidas de las universidades en los últimos años, que suelen ser el caldo de cultivo de las empresas de alto potencial de crecimiento. No obstante, las spinoffs universitarias son solo una parte de la aportación de la universidad al ecosistema emprendedor en el que nacen y se desarrollan estas empresas innovadoras. 


Según el informe Global Entrepreneurship Monitor (GEM), en España en 2015 el 33,8% de la población con estudios universitarios y de posgrado tenían intención de crear una empresa en los próximos 3 años. Casi la mitad (49%) de las iniciativas empresariales con una vida de hasta 3 años y medio habían sido iniciadas por universitarios. En los últimos diez años, los universitarios se han mantenido como el colectivo más emprendedor por nivel de estudios. En 2015, la tasa de actividad emprendedora (TEA) de los universitarios y posgraduados se situó en el 9,2%, frente al 5.3% para los niveles medios de formación (FP y bachillerato), y del 2.3% en los niveles bajos (primaria y sin estudios). Estos datos, algo más bajos en Andalucía, también sitúan a los universitarios en cabeza: eran el 8.8% de los negocios fueron iniciados por universitarios; un 7.7% por personas con nivel medio de formación; y, un 2.3% por las de nivel bajo.

Si nos fijamos en las intenciones de emprender de los estudiantes universitarios los datos rompen mucho tópicos. Lo pone de manifiesto el Informe Internacional Global University Entrepreneurial Spirit Survey (GUESSS) de 2016 en el que participaron 1.000 universidades de todo el mundo, entre ellas 19 de España (6 de ellas de Andalucía). Los más emprendedores de estos universitarios españoles, un 5%, aspiran a crear su propia empresa al terminar sus estudios. Pero, ese porcentaje se eleva hasta un 29.8% a los cinco años de terminar sus estudios y que en algunas universidades, como en la de Cádiz, sube hasta el 36,2%. La brecha por géneros también se da en las intenciones de los universitarios: el 26,2% de las mujeres dicen verse como empresarias a los cinco años de haber acabado sus carreras frente al 35,5% de los hombres. Es interesante observar cómo cambian estas intenciones según las titulaciones elegidas: a nivel internacional son los estudiantes de ciencias sociales y jurídicas los que presentan porcentajes más altos al terminar sus carreras (9,6%) y en España los de ingenierías y arquitectura (7%). Si pasamos de las intenciones a los comportamientos reales, observamos que el 9,5% de los estudiantes universitarios españoles son emprendedores nacientes y el 3,4% son empresarios activos.   

El reciente informe  encargado por la CRUE (Observatorio de Emprendimiento Universitario) ofrece resultados similares al GUESSS y corrobora que algo está cambiando en la universidad española. Se comienza a romper tópicos sobre los comportamientos poco emprendedores de los universitarios y se van emprendiendo acciones para hacer de la Universidad un elemento esencial del ecosistema emprendedor. 

Puedes acceder al informe GUESSS UCA 2017 aquí.

José Ruiz Navarro
Director de la Cátedra de Emprendedores de la Universidad de Cádiz