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En muchos de los numerosos programas de fomento de la cultura emprendedora de entidades públicas y privadas se presenta a la persona emprendedora como una especie de superhéroe que contra viento y marea logra poner en marcha una nueva actividad. Este éxito se sustenta en los pocos recursos que tiene a su disposición, siendo los más importantes su esfuerzo y creatividad. Sin embargo, aunque es importante que exista creatividad/talento y esfuerzo/actitud emprendedora individual, hay que tener en cuenta que emprender NO es un fenómeno individual sino que es un fenómeno colectivo.


El pasado viernes estuvimos presentes en la II Feria Científica del Mar de la Universidad de Cádiz. En dicho evento organizamos el taller “Un mar de oportunidades” que tenía dos actividades: la primera orientada a la generación de ideas y oportunidades a partir de tres recursos relacionados con el mar y, la segunda, orientada a la construcción de una solución a partir de recursos escasos. Para explicar el título de esta entrada nos quedaremos con la segunda actividad. En esta actividad dividíamos a los participantes en dos grupos y le dábamos recursos escasos para construir un barco (papel celo, palillos, cañitas, cuerda, pelotas de tenis de mesa, globos, etc…) en el que pudiera flotar nuestro “caballero pirata” (buscamos un muñeco que pesara mucho y nos quedamos con el “engendro” que aparece en la imagen que aparece más abajo). A los participantes le indicábamos que había que hacer “un barco”, sin embargo no le indicábamos que había que hacer un barco por equipo y que el ganador sería el equipo que antes lo realizara. Además, la dinámica está planificada para que sea muy complicado tener éxito sin que los grupos colaborasen entre sí. 



Podemos decir que el pasado viernes realizamos un pequeño experimento social en el que pudimos observar que, cuanto mayor era la edad de los participantes, menor colaboración había entre los equipos. Es decir, los adultos y niños de mayor edad colaboraron menos que los niños de menor edad que se mostraron mucho más generosos y abiertos a desarrollar el proyecto con el otro equipo. Estamos inmersos en un mundo muy competitivo que no utiliza la colaboración como una herramienta fundamental para el desarrollo de soluciones cuando los recursos escasean.
En la puesta en marcha de una actividad emprendedora es fundamental colaborar y cooperar. En nuestro Masterup, Máster de creación de empresas, nuevos negocios y proyectos innovadores, aplicamos la filosofía effectual y uno de los principios de dicha filosofía es el de la cocreación. Este principio se puede resumir en la siguiente cuestión: si no eres capaz de entusiasmar e implicar a otras personas en tu proyecto, tu camino será más complicado.

Así que recuerda, en un mundo donde los recursos son escasos, la mejor alternativa es la cooperación y colaboración, ¿estás de acuerdo? ¿lo pones en práctica?

Jose M. Sánchez Vázquez
Coordinador de Masterup

Julio Segundo Gallardo
Cátedra de Emprendedores de la Universidad de Cádiz