Blog, Cultura Emprendedora

En Estados Unidos no es extraño encontrar ponencias o charlas de emprendedores que han fracasado. Personas que decidieron dar el salto, crear su propia empresa y se “estrellaron” en el intento. Pero… ¿realmente se estrellaron? ¿Porqué dan lecciones a nadie esas personas si han “fracasado”? ¿O es que acaso el triunfo es intentarlo? ¿Se puede aprender del fracaso, puede ser positivo?

Hablar de fracaso no es hablar de un hecho negativo en sí mismo, esa es la base sobre la que debemos partir. El propio fracaso es la consecuencia de una serie de factores muy positivos que no han llegado a buen puerto y son esos factores los que debemos potenciar para alcanzar el éxito. Centrémonos en el fracaso a la hora de emprender y del miedo que todos, en mayor o menor medida, tenemos; en cómo superarlo y hacer de él una motivación.

¿Por qué se nos hace tan difícil en España plantearnos crear nuestra propia empresa? Dar respuesta a esta pregunta sería una tarea larga y complicada: ambiente, cultura, legislación, organismos públicos, financiación, inversión privada… Ok, sabemos dónde estamos, esto no es California pero, aún así, hay factores que sí están bajo nuestro control y en los que podemos centrarnos. Uno de ellos, quizás el más importante, es el miedo al fracaso que  tenemos. Pensar que seremos unos fracasados si fracasamos no es una asociación correcta. Al igual que una persona que haya tenido un éxito no es alguien exitoso, quien fracasa no es un fracasado. Instalarse en ese éxito o fracaso será lo que hará de nosotros personas fracasadas o de éxito, así que tranquilo, hay unos cuantos cartuchos en la recámara que puedes quemar antes de colgarte ninguna etiqueta.
Hace unos días escuchaba en una conferencia a Pau Garcia-Milà, creador de eyeOS con tan sólo 18 años. eyeOS es una iniciativa española basada en el Cloud Computing que ofrece a sus usuarios un sistema operativo sin necesidad de instalación de ningún tipo, es decir, en la nube. Si hubo algo de lo que contaba Pau con lo que me sentí muy identificado fue con su descripción del ambiente empresarial. Dijo algo así como “Mientras en EE.UU. a los emprendedores que fracasan les tienden la mano, en España siempre aparece alguien que dice: te lo dije”. Quizás sea la cultura empresarial española la que nos ha llevado a esto pero bien es cierto que desde el momento en el que te planteas crear tu nueva empresa te das cuenta de que existe algo a tu alrededor que te acecha, como esperando a que te caigas para recordarte lo equivocado que estabas. No se trata solamente de las opiniones de las personas a las que le cuentas la idea sino de todo el entorno, del propio ambiente y es contra eso contra lo que el emprendedor ha de luchar principalmente.
Animarte y apostar por tu idea debe ser ya un éxito en sí mismo. Estarás diciendo al mundo: “Puedo crear puestos de trabajo, vivir de lo que me gusta, aportar algo a la sociedad partiendo de cero, soy capaz, quiero arriesgarme…”, ¿Acaso ese pensamiento no es ya lo bastante fuerte como para animarte cuando fracases? Porque fracasarás, puede que sea un pequeño fracaso o uno grande, pero más tarde o más temprano fracasarás y debes plantearte cómo lo afrontarás, si como una fase más de esta aventura que has decidido emprender o como el punto final de ella. Decía Stephen R. Covey en su famosísimo libro “Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva” que visualizar una posible situación ayuda, y mucho, a afrontarla una vez suceda. A los deportistas de élite les enseñan a visualizar sus fracasos, sus malos momentos para poder hacerles frente una vez aparezcan. Emprender, tener éxito y fracasar son términos que siempre van unidos, son todos parte de lo mismo. Por ello, una de las partes más importantes del plan de empresa, para los inversores, es la gestión de riesgos o, hablando claramente, cómo levantarte una vez te caigas. Al pensar en crear tu empresa debes también pensar cómo solucionarás posibles problemas, bien de la compañía bien personales, porque si hay algo que quizás no te hayan contado cuando te animen a fundar tu compañía es que el grado de involucración que tendrás para con ella irá mucho más allá de las horas que pases trabajando…
Steve Jobs, cofundador de Apple, fue despedido de su propia empresa en 1986 lo que supuso un gran fracaso en su carrera, pero también un conjunto de experiencias que le llevaron a invertir en Pixar (la productora de Toy Story, Buscando a Nemo, Los Increibles…) y volver a la compañía de la manzana unos años después para convertirla en lo que es ahora. ¿Supuso ese fracaso un problema para Jobs? Por supuesto. ¿Aprendió de él? Muchísimo. ¿Le vino bien ese fracaso? Claro que sí: no sólo aprendió de sus errores sino que creció como emprendedor y se convirtió en uno de los mejores CEO (Director Ejecutivo) que ha tenido el sector informático.
Sin duda hay grandes diferencias en la cultura emprendedora de España y Estados Unidos y quizás una de las más importantes sea esa: cómo se gestiona el fracaso por parte de la sociedad, ya que es ello lo que aumenta o disminuye ese miedo y por tanto la facilidad con la que los emprendedores e inversores toman riesgos (A mayores riesgos mayores beneficios).
Ni Google ni Facebook tenían modelos de negocio cuando recibieron su primera aportación por parte de un Business Angel y sin embargo existían, no sólo inversores dispuestos a arriesgar su capital apostando por ellos, sino todo un entorno que fomentaba la ilusión y el crecimiento de sus ideas. Es ese mismo entorno el que a veces influye en los potenciales emprendedores aquí en España pero de forma negativa. Ten en cuenta esto, para poder afrontar futuros problemas, pero que no sea lo que determine si fundas tu empresa o no. El entorno es sólo un factor más y puedes suplirlo con mayores dosis de esfuerzo, trabajo y paciencia. Por ello no debes dejar que el miedo al fracaso venga determinado por este entorno, por cómo te juzgará la sociedad cuando los resultados no sean los esperados. Está en ti superar todo eso.
Con el tiempo aprendes que un tropiezo no es más que una fase, difícil sí, a veces agotadora, pero una fase hacia la meta que te habías planteado: vivir de tu empresa, crear puestos de trabajo y sentirte realizado (no precisamente en ese orden). De estos fracasos debes aprender, sacar experiencias positivas sobre las que crecer. Tenerles miedo es algo que te restará energías y lo propiciará. El miedo a lo inevitable suele tener este efecto en las personas. Así como el miedo a la muerte, algo que no podemos controlar, sólo desemboca en consecuencias negativas para quien lo padece, el miedo al fracaso convierte a las personas en seres temerosos de dos posibles incontrolables: el fracaso real, ante el que sólo podemos resignarnos y el fracaso irreal que nunca llegará pues sólo existe en base a nuestros temores.
Así que si los inversores saben que su dinero puede ir a parar a una empresa que fracase, si cuentan con esa posibilidad y esperan ver cómo te las apañas para salvar la situación. Si existen ejemplos de personas que fracasaron y aprendieron de ello. El fracaso en sí mismo puede enseñarte cosas que de otra forma no aprenderías. En definitiva si el fracaso no es más que una etapa, una fase de tu larga aventura, ¿por qué vas a tenerle miedo?.


Guillermo Ruiz Ayllón
Director y fundador de Toolea

Hay 3 comentarios

  • 06.06.2011

    Estoy totalmente de acuerdo; muy buen Artículo. Añado una frase que me encanta especialmente de JFK: "Quien se enfrenta a Grandes Fracasos consigue Grandes Logros"

    Un Saludo y a enfrentarnos al Fracaso!!

  • 08.06.2011
    Susana Beato dice:

    Muy buen articulo, yo tambien voy a añadir algunas citas relacionadas y que apoyo totalmente:

    Cualquiera puede simpatizar con las penas de un amigo, simpatizar con sus éxitos requiere una naturaleza delicadísima. (Oscar Wilde)

    Un fracasado es un hombre que ha cometido un error, pero que no es capaz de convertirlo en experiencia. (Oscar Wilde)

    Los obstáculos son esas cosas espantosas que ves cuando apartas los ojos de tu meta. (Henry Ford)

  • 09.06.2011
    Guillermo dice:

    Muchas gracias chic@s!
    Trataba de explicar un poco cómo un fracaso puede abrir la puerta a un éxito futuro y la importancia de no tenerle miedo.
    Me encanta la frase de Oscar Wilde, Susana.
    Me gustaría haber hablado de las diferentes fases de superación que supone un fracaso, la primera la aceptación, seguida del aprendizaje y por último la puesta en marcha. Lo difícil de todo este proceso de aprendizaje a través de un hecho negativo como es el fracaso es que hasta la 3º fase no se suele ver la luz. Mientras estamos aprendiendo de él no sentimos ningún beneficio y es cuando usamos estos conocimientos adquiridos (diría incluso cuando tienen su fruto) cuando nos sentimos realizados.
    Un saludo a tod@s!