Apoyo al desarrollo empresarial, Blog, Cultura Emprendedora


Andaba algo inquieto y llevaba al menos dos semanas queriendo escribir una entrada sobre el nuevo reto que nos hemos puesto en el horizonte: El nuevo Máster Oficial en Creación de empresas, nuevos negocios y proyectos innovadores de la Universidad de Cádiz al que todos llamaremos Master Up (genial aporte de nuestro amigo Pedro Álvarez de Ideologo).  En este sentido, mi amigo Jose Sánchez me ha adelantado y ha escrito una magnífica entrada sobre la filosofía effectual que va a servir de guía en el discurrir del Máster.


Sin embargo, quería hablar sobre el eterno dilema que solemos tener a la hora de organizar un taller en la Cátedra de Emprendedores sobre qué elementos debemos incluir en la programación: ¿conocimientos o actitudes/habilidades? Los asistentes a nuestros talleres valoran muchísimo más los talleres sobre habilidades que los que se centran sobre conocimientos de gestión. Creo que puede llegar a ser normal ese dato puesto que los talleres centrados en las habilidades suelen ser más divertidos y motivadores. Siempre he sido un firme defensor de los conocimientos (no podía ser menos perteneciendo a una unidad universitaria) y de su equilibrio con las habilidades y actitudes.

Acabo de leer una buena entrada de Fernando de la Rosa en Titonet. Según Fernando parece que “con trabajo duro, ser persistente, ser un líder y unas gotas de imaginación, es suficiente para emprender. Grave error. Eso no son conocimientos, son actitudes. En este país lo asumimos que con lo de echarle un par de… todo es posible. Así nos va. Por ello creo que hay que romper el mito que poniéndole ganas puedes montar un negocio“. Estoy de acuerdo, de hecho, siempre hemos definido nuestras acciones formativas como la suma de CONOCIMIENTOS + ACTITUDES / HABILIDADES. Para mí es la fórmula del éxito que hace que la oferta formativa de la Cátedra de Emprendedores esté muy valorada por la comunidad emprendedora de Cádiz.

Por ello, y tomando como inspiración el artículo de Fernando, voy a proponer clasificar a los emprendedores que han pasado por nuestro servicio de apoyo en 4 grandes grupos en función de los conocimientos técnicos, de gestión y del sector y de las actitudes/habilidades necesarias en todo emprendedor:





1. Emprendedor/a Misión Imposible. Hay muchas personas que han pasado por el servicio (normalmente solo vienen a una sesión) que empujados por la necesidad o la falta de otras alternativas se plantean emprender algo. Estas personas abandonan a la primera de cambio en cuanto ven la dificultad y el esfuerzo que supone poner en marcha una iniciativa.

2. Emprendedor/a Soberbio. Este tipo de personas son las que a veces sacan de mí lo peor. Suelen llegar con grandes planes de empresa y o con un perfecto modelo de negocio (al menos sobre el papel). Dudan de tu capacidad para aportarle valor y finalmente, a pesar de intentar ofrecerles todos los recursos a tu alcance (conocimiento, experiencia, contactos, etc…) salen del servicio de atención tal y como  llegó. No he visto a ninguno que haya alcanzado el éxito porque no entienden que la empresa es un fenómeno social y por ello, la cooperación o la co-creación (término que está más de moda), son imprescindibles.

3. Emprendedor/a Solo se qué quiero hacer. Estos son los emprendedores que necesitan de todo el mimo y el cariño que les puedas dar. Son personas que tienen casi todos los ingredientes para el éxito (formación universitaria, actitud emprendedora, humildad, etc…) pero que les faltan o conocimientos de gestión o conocimientos del sector. Te retan a aprender cada día más y constantemente te bombardean con “tengo una duda”, “puedes ayudarme con…”, “necesito un favor”, etc… Estos son legión en nuestro servicio aunque solo algunos llegan hasta el final.

4. Emprendedores con mayúsculas. Son los del tipo 3 que han conseguido convertirse en lo que uno siempre desea para sus pupilos: El alumno que supera al maestro, el ejemplo que siempre muestras en clase, el emprendedor que siempre he querido ser. Tenemos muchos ejemplos en nuestra Universidad y espero que sean muchos más…

Aunque la clasificación es muy simplista (la realidad siempre es muchísimo más compleja), estoy seguro que podríamos encajarnos en alguna de las categorías. En cualquier caso, como cualquier análisis de situación, dicha situación no es estática en el tiempo por lo que recuerda, adquiere conocimientos y práctica habilidades de forma continua. 

Para finalizar, he localizado una cita de la que no he podido verificar su autor y que nos viene genial como conclusión: «En tiempos de cambio (como los actuales), quienes estén abiertos al aprendizaje se adueñarán del futuro, mientras que aquellos que creen saberlo todo estarán bien equipados para un mundo que ya no existe»


Julio Segundo Gallardo
Técnico de la Cátedra de Emprendedores

Hay 2 comentarios

  • 13.06.2013

    Chapeau! Muy buen artículo Julio. La verdad es que hacer clasificaciones siempre es complicado, pero creo que a grandes rasgos están todos los emprendedores reflejados.

    Un abrazo!

  • 13.06.2013
    Anónimo dice:

    Buenas tardes:
    Muy interesante su entrada, pero segun veo solo contemplan emprendedores universitarios.
    Creo que poder contar, en su Catedra, con las vivencias e inquietudes de empresarios que por desgracia no pudimos estudiar en la juventud seria una aportacion importante de valor.
    Estoy muy de acuerdo en su afirmacion, hacen falta oficio del sector, aptitudes y formacion.
    Probablemente oficio es lo que suele faltar a los emprendedores universitarios. Los que aguantan hasta tener esa experiencia son los que aguantan.
    Hay un cancer en nuestro tejido empresarial. Aprox. El 80% de las empresas en España son de menos de 10 trabajadores y a su vez suelen ser empresarios con poca formacion. Hoy no entender tus Estados Financieros para tu toma de decisiones o plantear una operacion al banco es un desastre. Poder entender donde ganas el dinero o poder estudiar su cadena de valor igualmente importante.
    Pues eso tenemos.
    Saludos .